jueves, 25 de octubre de 2007

Salavarnos mientras se pueda:la consigna diaria

Caminando por Avenida Corrientes, en el barrio porteño de Once, allí en donde todos nos confundimos con todos, allí donde las almas encuentran similitud pero las apariencias son diferentes.Tanto calor me hizo dudar si la opción de subirme a un colectivo en el cual tardaría aproximadamente una hora para llegar hasta casa y en donde posiblemente no encontraría un asiento para viajar, me hizo desistir. Decidí descender al subterráneo: mas calor pero menos tiempo de viaje. Allí estaba el preciado e impagable asiento que me haría desacansar al menos por 15 minutos mi cuerpo que recorrió durante dos hora los comercios¿económicos? del Once.Incómoda con la situación de estar sentada enfrente de otra persona totalmente ajena a mí pero seguramente en las mismas condiciones que yo, por la hora que era y por el calor agobiante que no nos dejaba respirar a todos por igual, tomé un libro de Comunicación que me viene atormentando hace mas de un mes y que lo llevo conmigo para leerlo en una situación como ésta en que las miradas de otras personas me resultan realmente insostenibles.Estación Carlos Gardel, Estación Medrano, Estación Angel Gallardo: Bajen todos del subteeeee!!!!!!!Estación Malavia.Una mano desconocida pero inmensa en ése momento me llevó hasta la puerta del vagón.Apenas si pude reaccionar cuando miré para atrás y ví como corría en el vagón de al lado una llamarada amarilla, humeante. Grité, pero no por que entendiera lo que estaba pasando, grité por la gente, me contagié del grito masivo y desesperado de la gente que salía de la estación como podía. En menos de no sé cuanto tiempo (no quiero mentir), pero subí tan asustada,tan desesperada esas escaleras que me llevaban de nuevo a la Avenida Corrientes. ¡¿Que pasó?! Me toqué la piel, estaba bien, la gente estaba bien, la gente que caminaba por la calle nunca percibió que veníamos escapando de un cortocircuito que se desató en un privatizado vagón del subterraneo de la Ciuad de Buenos Aires.Juro por los pensamientos que tuve, que nunca antes tuve ésa sensación, ésa maldita sensación de recorrer con la mente y en apenas segundos toda mi vida.Hoy estoy aquí, reflexionando sobre lo que sucedió.Jntando imaginariamnete los comentarios que se sucedieron luego del momento del incendio.Recuerdo a una mujer llamando por celular a su hija, recuerdo las sirenas de los bomberos que lo que hacían era generar mas pánico, recuerdo pensar que dentro de los túneles había mas gente, recuerdo.........que no dejaron entrar a un negocio a una mujer muy mayor que se sentía descompuesta.Recuerdo personas indiferentes escuchando su i-pod y caminando-corriendo, esquivando los autos que casi chican por la llegada de ambulancias del SAME.Recuerdo a personas como neuróticas, como salida de una película de ficción. Yo misma quedé paralizada en la boca del subte sin poder reaccionar, sólo necesitaba saber si la gente que estaba abajo estaba bien.Si, la gente estaba bien, o por lo menos los medios de comunicación infomaron éso y casi nada, por que yo me subí como pude a un colectivo y regresé a casa.En éste escenario dantesco me sentí tan pequeña, tan diminuta e indefensa que solo lloré. Solo quería estar en mi casa o al lado del río, respirando agua.Necesitaba respirar, el aire me faltaba, pero no había ya humo, era mi mente que quedó estrangulada con la sola idea de que algo peor, mucho peor hubiese ocurrido.-Éstos son los del sindicato del subte que prendieron fuego un vagón para que les suban el sueldo.-Solo fue un cortocicuito--Que bueno que escapamos y que justo estabamos en la estacion.-Hola mi amor, no sabes lo que pasó.....-Salgan del vagón.-Despejen la salida!!!Voces que se repiten cada vez que me acuerdo.Yo no sé si Bin Laden existe o es sólo una invención de la CIA, yo no sé si somos todos víctimas de atentados psicológicos diariamente, yo no se nada.Solo sé que las tragedias son tan desesperantes e inevitables, sólo entiendo que estar en el lugar equivocado y en el momento equivocado es determinante, sólo se que los miles de iraquíes que aún habitan su tierra tienen unos huevos tan grandes como orgullo y soberbia, por que solo se que no entiendo como se puede resistir a tanto dolor. y también sé que el sietema está tan podrido que ya no confiamos en nada, ni siquiera en la posibilidad de un cortocircuito, creemos que todo es manipulable hasta las muertes, el hambre y el dolor.